Espejito, espejito… ¿verdad que te miras todos los días, unos más y otros menos? Claro, pasamos por el baño varias veces y, en el caso de que tengas que salir de casa, el tiempo frente al espejo es mayor. De ahí que sea importante no sólo que espejo tienes sino dónde lo pones en el baño y también, qué tipo de iluminación utilizas.
Hablamos con los expertos de la marca Laufen para saber en qué debes fijarte a la hora de comprar el espejo de tu baño y esto es lo que nos recomiendan.
“Una de los primeros puntos a tener en cuenta es la estética, ya que elegir un espejo acorde al diseño de nuestro gusto hará que nos sintamos cómodos. Sin embargo, no debemos olvidar que la medida perfecta para el cuarto de baño vendrá marcada por el lavabo que hayamos elegido. Encontrar la sintonía en la proporcionalidad de ambos productos, nos garantizará la buena elección”, dicen en Laufen.
O sea, primer consejo: cómpralo en consonancia con el lavabo para que, ni quede enorme ni quede enano.
Otro elemento a tener en cuenta: la iluminación. La luz juega un papel primordial a la hora de elegir espejo para el cuarto de baño dada su importancia a la hora de hacer uso de este espacio. “Nosotros hemos querido potenciar el efecto creando la colección Leelo con luz LED integrada, lo que añade comodidad a nuestro día a día ya que esta luz, además de ser regulable, puede ser independiente de la luz ambiente lo que favorece también el ahorro eléctrico”.
Una vez que tenemos claro el tipo de espejo y que la luz es importantísima, máxime cuando muchos baños no tienen luz exterior, vamos ahora con el sitio donde debes colocarlo que, como habrás imaginado, es encima del lavabo: “El uso que hacemos del espejo en este espacio, normalmente va ligado al resto de accesorios que se encuentran en el baño y éstos los almacenamos en el mueble del lavabo. Asimismo, la versatilidad del espejo del baño es amplia por lo que conviene siempre disponer de espejos con una reproducción cromática lo más fiel posible además de una luz perimetral que nos aportará luz al ambiente”, aclaran en la firma.
Pero volvamos al tema de la luz, ¿qué luces son las más adecuadas y de cuáles habría que huir? “La luz ha ido incrementando su importancia y, a día de hoy, muchos de los espejos que se venden en el mercado llevan incorporada luz LED. A la hora de decidir la temperatura de color de la iluminación, lo ideal es huir de luces puntuales porque nos impiden ver, nos ciegan, por lo tanto, lo recomendable son luces suaves y satinadas con una temperatura de color de 4.000º Kelvin para aquellas destinadas a la cara. En cuanto a las luces de contra y ambiente, lo ideal es disponer de un regulador de intensidad para así lograr una temperatura de alrededor de 6.000º Kelvin”, confirman.
Los espejos de esta marca, por ejemplo, disponen de sensores táctiles con los que se puede encender y apagar, regular la intensidad, así como la temperatura cromática.
Fuente : Idealista
