Es la gran pregunta que muchos se hacen cuando llega el momento de acondicionar el patio o el jardín: ¿césped artificial o natural? Como en casi todo, no hay una respuesta acertada. Dar en el clavo con la elección dependerá de muchos factores. Y, para que tengas una guía rápida que te ayude a elegir, los expertos de Habitissimo explican las ventajas y desventajas de cada uno de ellos.
Césped artificial: ventanas e inconvenientes
Se ha convertido en una de las opciones preferidas en los últimos años, en parte porque los acabados son cada vez más naturales y hay una enorme variedad de precios, además de modelos. Pero no son sus únicas ventajas:
- Su mantenimiento es muy sencillo, basta con cepillarlo, lavarlo y desinfectarlo de vez en cuando.
- La presencia de insectos será mucho menor que cuando hay cubierta vegetal. Y también se evita el barro.
- Si es de buena calidad, se mantendrá en perfecto estado durante años.
- El idóneo en el caso de personas con alergias.
- Se puede instalar en cualquier espacio: alrededor de la piscina, en el patio o incluso en una terraza. Y también se puede poner sea cual sea el clima.
Pero, igual que tiene muchas ventajas, el césped artificial también tiene algunos inconvenientes:
- Los de mejor calidad y acabados más realistas tienen precios elevados.
- Es necesario desinfectarlo periódicamente, sobre todo si hay niños o mascotas en casa.
- La incidencia directa del sol hace que el césped artificial pueda alcanzar altas temperaturas, lo que impide caminar descalzo sobre él.
- Puede ser abrasivo en el caso de caídas accidentales.
Césped natural: por qué sí y por qué no
Si has pensado en elegir lo natural, también es importante que tengas en cuenta que el césped tiene sus cosas buenas y no tan buenas. Comenzamos por las primeras:
- La estética del césped natural su color y su tacto son inigualables.
- Cuando el calor aprieta, ayuda a refrescar el ambiente. La hierba disipa el calor y, después del riego, la sensación de frescor es muy agradable.
- El césped natural no solo absorbe calor, también ruido, por lo que es perfecto en áreas urbanas.
- Autorregula su actividad bacteriana, de modo que es una buena elección si tenemos niños pequeños o mascotas.
En lo que respecta a las desventajas frente al césped artificial, estas serían algunas de ellas:
- Se necesita más tiempo para poder disfrutar de él. Desde la siembra o se colocan los tepes hasta que se pueda pisar hay que dejar pasar un tiempo.
- Su mantenimiento es más laborioso que el del césped artificial: regar, abonar, cortar, reponer, etc.
- Requiere de un mayor consumo de agua, por lo que en zonas secas o cálidas no es la mejor elección.
- Está expuesto a plagas que pueden obligar a su reposición, con el consiguiente gasto.
¿Cuál es mejor? Siempre va a depender de tus gustos, del gasto que quieras asumir y del tiempo que puedas dedicar a su cuidado. Ahora que ya tienes las claves, simplemente, analízalas con calma y seguro que aciertas en la elección. Lo importante, sea césped natural o artificial, es que lo disfrutes.
Fuente : Idealista